
Gracias a su inocencia, los niños están libres de los prejuicios, de patrones adquiridos, que tanto nos atan a la mayoría de los adultos. Por ello la energía de Reiki y de los Cristales fluye hacia ellos naturalmente, sin los bloqueos causados por temores o convicciones de cualquier tipo. Reiki junto con los Cristales, también ayuda a los niños que son muy tranquilos a ser más receptivos, puesto que esta energía agudiza los sentidos y logra que la persona tengan una percepción distinta de la vida. Además, son herramientas muy útiles para los pequeños que tienen dificultades para concentrarse.